Afirman que los terroristas usan drogas para mantenerse “indiferentes” ante los ataques mortales tanto en Israel como en Gaza

De acuerdo con el Canal 12, los miembros de Hamás ingresaron a territorio israelí bajo los efectos de drogas cuando llevaron a cabo ataques con numerosos asesinatos. Los terroristas muertos fueron encontrados con pastillas de Captagon en sus bolsillos, las cuales son estimulantes sintéticos similares a las anfetaminas y fueron prohibidas en la mayoría de los países en 1986.

Esta droga se produce de manera ilegal en el sur de Europa y se trafica a través de Turquía para llegar a los mercados consumidores en la Península Arábiga.

De acuerdo con el artículo del Jerusalem Post, la sustancia, conocida como «cocaína para los pobres», posibilitó que los terroristas llevaran a cabo actos abominables mientras mantenían una sensación de tranquilidad e indiferencia. Además, se mantuvieron altamente vigilantes durante largos periodos y experimentaron la pérdida del apetito.

Sin embargo, su potente estimulante también ha sido aprovechado por grupos terroristas para aumentar la resistencia física y disminuir el miedo en sus acciones. A medida que estas organizaciones perdieron influencia, la producción y distribución de Captagon se extendió a países como Líbano y Siria, donde se ha convertido en un mercado importante. En particular, la droga ha ganado popularidad entre los jóvenes adictos en Gaza.

Captagon, una droga perteneciente a la familia de las anfetaminas, fue inicialmente desarrollada para tratar trastornos de atención y enfermedades como la narcolepsia y la depresión. Sin embargo, su uso se ha desviado al ser utilizado por terroristas del ISIS para reprimir el miedo y aumentar la resistencia física en sus operaciones. Con la disminución de la influencia del ISIS, la producción y distribución de Captagon se ha expandido en países como el Líbano y Siria, donde ha encontrado un mercado destacado.

En Gaza esta droga ha ganado popularidad entre los jóvenes adictos.

En pocas palabras, a pesar de ser altamente adictiva y tener efectos psicóticos, Captagon se mantiene popular en el Medio Oriente debido a su accesibilidad y facilidad de fabricación. Su bajo costo en países pobres y su capacidad para inducir euforia, disminuir la necesidad de dormir, suprimir el apetito y brindar energía duradera lo convierten en una opción atractiva. Además, se ha observado su uso tanto en terroristas como en civiles en áreas conflictivas.

Ese estupefaciente, anteriormente utilizado por ISIS para obtener ingresos a través del contrabando de drogas, ahora se ha convertido en una importante fuente de ingresos para Siria con el respaldo activo de Hezbollah. La producción de Captagon, dirigida por el hermano de Assad y respaldada por el grupo terrorista, ha florecido en medio de la devastación de la guerra civil siria. Los ingresos generados por el tráfico de drogas superan con creces las exportaciones legales de Siria, alcanzando al menos $3.500 millones en 2020, cinco veces más que las exportaciones legales totales del país.

Expertos en drogas consideran que las proyecciones de mercado del Captagon son especulativas y su valor real probablemente sea aún mayor. Arabia Saudita destaca como uno de los mayores consumidores, con un estimado de más de 600 millones de tabletas al año, lo que resulta en un mercado de al menos 9.000 a 12.000 millones de dólares anuales. Además de Arabia Saudita, se han reportado importantes incautaciones del elemento en países como Italia, Grecia, Malasia y Egipto. Jordania también presenta un alto nivel de disponibilidad y popularidad de esta droga, especialmente entre los jóvenes desfavorecidos.

Recientes decomisos en Kuwait y Dubái revelan la constante presencia de Captagon en envíos ilícitos, tanto en frutas como en otras mercancías.

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